El problema

SISTEMA ESTRUCTURAL DE LAS CUBIERTAS.
La iglesia está conformada principalmente con dos grandes faldones, de pendientes pronunciadas y amplia luz, que cubren la nave central y las laterales, rematando el ábside poligonal con faldones de dimensiones más proporcionadas.
Los faldones que cubren la nave central, se apoyan en pilastrones de fábrica de ladrillo, de planta rectangular con unas dimensiones de 2,25 x 0,55 m. que a su vez descansan sobres los pilares de la nave central del templo.
Conformándose cuatro vanos entre ellos, con una notable separación entre sus caras, variando entre 8,70 m. en el vano colindante con la cabecera y de 7,15 m. en los restantes vanos centrales.
Los machones se encuentran reforzados por una estructura secundaria de perfiles metálicos que forman celosías entre sus vanos y se anclan a ellos mediante collarines de pletinas soldadas.
Los faldones que cubren las naves laterales, apoyan también en los anteriormente referidos machones y las fábricas de los muros perimetrales.
Ambos faldones, los correspondientes a la nave central y naves laterales, se encuentran en el mismo plano y cuentan con la misma pendiente, por lo que visualmente al exterior conforman una única unidad.
La estructura de la cubierta de la nave central es de tipo par y nudillo (por su gran luz el nudillo lo tiene dobles), en su extremo superior los pares se anclan a la hilera que recorre la totalidad de la cumbrera, y en su extremo inferior se anclan en el estribo, también en este caso doble por los amplios vanos que salvan, en él se encastran a su vez los tirantes, perpendiculares al estribo, de dirección horizontal, que abarcan la totalidad de la anchura de la nave central, y conforman la base del triángulo que conforman las cubiertas junto con los pares. Los estribos apoyan directamente sobre las pilastras de fábrica anteriormente referidas, contando con canes en el remate de sus extremos para acortar el considerable vano entre ellos.
En las naves laterales grandes pares de madera, empotrados en su borde exterior en un estribo y durmiente de madera sobre la fábrica del muro perimetral y en su extremo opuesto en el estribo sobre los machones de fábrica interiores. Por su gran luz, los pares se encuentran acodalados hacia la mitad de su longitud por otro pares secundarios que apoyan en su extremo inferior en un estribo empotrado en la parte baja de los machones de fábrica, cuenta con tirantes de madera que abrochan perpendicularmente ambos estribos. Bajo el estribo de la base existe una viga de madera con jabalcones en cada uno de sus extremos que refuerza los vanos. Pies derechos, cortavanos y cuadrales en las esquinas completan la compleja estructura de madera.
La configuración de las cubiertas de la zona del presbiterio es análoga a la anteriormente descrita para las naves, si bien se adapta a su geometría poligonal.
Sobre todos pares que conforman los tableros de cubierta hay un entablado de madera de tabla de ripia, y sobre ellas una impermeabilización con placas de cartón brea tipo “onduline”, rematándose con teja cerámica curva tipo árabe.

DAÑOS EXISTENTES.
Tras las repetidas inspecciones llevadas a cabo en los últimos tiempos, podemos afirmar que los daños más importantes que padece el sistema estructural de las cubiertas son los siguientes:

  • Tejas partidas, sueltas y desplazadas.
  • Dos ventanas de registro en faldones de la nave central, construidas con chapa metálica sobre cerco de angular de acero, con filtraciones de agua de lluvia que está provocando pudriciones en elementos estructurales de madera. Estas ventanas se ejecutaron cortando pares de madera y sujetando estos con un perfil metálico.
  • Filtraciones de agua de lluvia en distintos puntos de los faldones. Como consecuencia existen numeroso elementos estructurales de madera dañados.
  • La mayor parte de los pares de la nave central están curvados por flexión, además contienen dos nudillos, lo que parece pensar que en la antigua intervención dispusieron este segundo para evitar este problema.
  • Los pares tienen distintas escuadrías, muchos de ellos reaprovechados de distintas partes y calzados con tablas exageradamente para acoplamiento a la planeidad del entablado.
  • Existen numerosos pares de la nave central partidos y rotos en la zona de garganta del nudillo.
  • Algunos pares se encuentra descendidos de la hilera del caballete, alrededor de 30 cm o más, encontrándose en voladizo, por lo que se ordenó su apuntalamiento. A pesar del apeo están provocando esfuerzos que desequilibran parte del conjunto.
  • Las vigas entre machones (solera y durmientes) que sirven de apoyo a la estructura de pares y tirantes, tienen demasiada luz para las cargas que soporta, es por eso que se reforzaron con celosías de acero que además sirvieron para estabilizar dichos
    machones. A pesar de ello se observan desplazamientos en cabezas de tirantes que manifiestan movimientos y giros en cabezas. Estos desplazamientos han ocasionado parte del hundimiento de los pares.
  • Mirando los nudillos inferiores sobre un plano horizontal imaginario, se puede comprobar un ligero abanicado que indica giro y desplazamiento de los faldones en la cara norte.
  • Aunque las naves laterales no presentan aparentemente tantos daños como la nave central, se puede comprobar que las fábricas de ladrillo y mampostería concertada donde apoyan los pares, se han partido y girado. Esto es consecuencia de la trasmisión de empujes de la nave central que se prolonga sobre la lateral, por la
    disfunción de los tirantes.
  • En relación al entablado se observan zonas de madera relativamente nueva, otras reaprovechadas y otras muy dañadas por penetración del agua de lluvia.
  • En el interior del templo, en el intradós de las bóvedas, se aprecian manchas de humedades en ciertas zonas puntuales coincidentes con las filtraciones.

DIAGNOSTICO Y CONCLUSIONES.
La estructura del edificio es de madera de tipo “de armar española”, conformada por pares, nudillos, tirantes, cuadrales, jabalcones, soleras, durmientes… por su configuración originaria, es una estructura hiperestática y auto-portante que es capaz de soportar y transformar los esfuerzos horizontales, verticales y momentos a la que le someten las acciones del viento, sobrecargas de nieve, peso propio, acciones térmicas… en cargas
exclusivamente de compresión de dirección vertical, transmitiendo estás a los muros de fábrica sobre los que se apoyan. Dichos muros, por su configuración, son capaces de soportar grandes cargas de compresión vertical que a su vez transmiten a los cimientos y estos, finalmente, al terreno de apoyo, pero tienen muy poca resistencia a esfuerzos horizontales y momentos, sobre todo si dichas acciones se dan su zona de cabecera, pues allí es donde cuentan con menos masa para contrarrestar dichas acciones.
La estructura original ha venido sufriendo reiterados daños en el devenir del tiempo (el último el temporal “Filomena”) como testifican las numerosas intervenciones de reparación, principalmente puntuales, que se han venido realizando en los últimos años. Dichos daños han provocado que la estructura ya no sea hiperestática, habiendo cambiado su manera de contrarrestar los esfuerzos de las cargas que recibe, de tal modo que ya no solo trasmite esfuerzos de compresión vertical a los muros, si no también esfuerzos de tracción y momentos flectores, dada lo escasa capacidad de respuesta de los
muros a este tipo de esfuerzos, éstos reacción (dada su rigidez) con desplazamientos y roturas en las zonas de incidencia. Lo que provoca como resultado una situación de gran inestabilidad estructural.
La estructura, en la actualidad ha perdido su estabilidad, y ya las señales nos indican claramente que el proceso del colapso definitivo ha comenzado, siendo imposible determinar en cuanto tiempo se puede producir pero sí que este sin duda se producirá si no se acometen profundas obras de reparación.

Por las características, alcance y amplitud de los daños existentes consideramos necesaria una completa y urgente intervención que evite el colapso definitivo y los numerosos daños materiales e incluso personales que se producirían.
Tal intervención podría desarrollarse por fases, dada la gran superficie de la intervención y el importante montante económico a que ascienden las obras de rehabilitación. Atendiendo principalmente y de manera prioritaria al grado de urgencia que el estado de los daños demandan, según las diferentes zonas constructivas de las cubiertas.